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     Aparcamos en Santa Coloma y, como la ruta era circular, podíamos elegir por dónde empezarla. Un consejo: empezarla por el camino de concentración; la subida es continua pero una vez que subes al monte, ya el resto es bajar y llano… bastante más cómodo. Es una ruta bonita. Subes por el camino de concentración hasta llegar arriba del monte:  en este primer tramo dejas a la izquierda el cañón que hace el río Rudrón. Allí, en el fondo del cañón, los bosques de ribera sirven de refugio y de zona de alimentación para un gran número de especies animales y la vegetación actual de este Espacio Natural se caracteriza por la gran diversidad específica, conviviendo especies mediterráneas, como quejigo, encina, rebollos, arces, … con especies atlánticas como el haya y con excelentes bosques de ribera, formadas por sauces, chopos y alisos.
     Es un paisaje bonito. Ya en el monte, cruzamos un paisaje de pino, encina, roble y monte bajo… desde arriba se ve el pueblo abajo y las loras enfrente. Cruzamos el monte en un agradable paseo y un tiempo después empezamos a bajar.  La bajada es un poco difícil, un senderillo estrecho por lo que hay que estar atento al suelo. Desde allí se ve abajo el Rudrón. Ahora tenemos a nuestra izquierda unas peñas más pequeñas pero que sirven de atalaya de los buitres que sobrevuelan nuestro paseo.
     Una vez abajo, nos metemos en un paseo de río, fresco y agradable hasta llegar a un molino abandonado donde ya cruzamos el puente. El resto de camino de vuelta discurre entre la carretera y sendero. No hay problema porque hay tan poca circulación que puedes disfrutar de este recorrido incluso casi por mitad de la carretera. Llegamos al pueblo, cogimos el coche. Una muy muy buena ruta, con diversidad de paisaje y entretenida.