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     Es larga, pero no muy pendiente. Una lástima que el día estuviera nublado, pues las vistas prometían. Una vez que llegamos allí, la ruta está perfectamente señalada y la información está perfectamente dispuesta en cartelones. En lo alto del monte, disfrutamos del aire, de su sonido…vemos buitres y rapaces, pero no un águila que nos han dicho que anida en el desfiladero de San Martín de Ubierna. A poco, llegamos a los castros del pueblo celtibérico de los Turmogos y una necrópolis. Está perfectamente señalado y muy cuidados los enterramientos.
     Volvemos sobre nuestros pasos para continuar el paseo por la peña, donde los carteles indican que hubo una muralla turmódiga de defensa, hasta que se da la ruta por acabada. Esta vez no hemos visto monte, ni árboles, pero la ruta es igual de bonita.  El descenso hasta San Martín de Ubierna es dura, muy empinado y bastante rocoso; hay que tener cuidado. Llegamos al pueblo y el paseo es más amable pues cogemos un camino que une ambos pueblos por detrás de la carretera.  Cafetito en Ubierna y para casa. Una bonita ruta, interesante desde el punto de vista cultural, fácil incluso para niños salvo la última bajada; pero siempre se puede volver por donde se subió al principio.

http://www.burgossinirmaslejos.com/blog/castro-y-necropolis-de-la-polera-en-ubierna/

https://www.burebayvalles.es/es/patrimonio-de-la-prehistoria-roma/yacimiento-arqueologico-de-ubierna