TRISTANA. Por Benito Pérez Galdós

TRISTANA. Por Benito Pérez Galdós. (1843-1920)

Capítulo XVI

     En resumidas cuentas, que Horacio tomó las de Villadiego. Tierna fue la despedida: se equivocaron, creyéndose con serenidad bastante para soportarla, y al fin se hallaban como condenados al patíbulo. Horacio, la verdad, no se sintió muy pesaroso por el camino, respiraba con desahogo, como jornalero en sábado por la tarde, después de una semana de destajo; saboreaba el descanso moral, el placer pálido de no sentir emociones fuertes.