EL PREESTRENO EN VILLAMARTÍN DE VILLADIEGO
El sábado , día 12 de agosto, la pradera de Villamartín de Villadiego fue testigo de un inusual acontecimiento. Cualquier ave de la peña Amaya vería cómo se iba llenando de coches y de gentes dispuestas a pasar una velada al raso para asistir al preestreno de la película CON EL VIENTO, de Meritxell Colell Aparicio, una catalana de raíces en el pueblo que, en su primer largometraje, quiso rendir un homenaje a su pequeña y escondida tierra.
Alentados con pinchitos y vino (o agua), preparados con sillas y mantas en algunos casos, unos cientos de asistentes, entre gentes de la tierra, amigos de la directora, curiosos y amantes del cine se dieron cita en una enorme explanada. La noche prometía y la guardiana de la naturaleza dio un respiro al cierzo de esta tierra.
Hubo que esperar a que se hiciera de noche para comenzar la proyección que empezó con una media hora de bellísimas imágenes que no aparecerían en la película pero que expresaban a la perfección el paisaje y paisanaje de esta zona.
Debo decir que esa noche se proyectaron dos películas: la que fuimos a ver y la que el cielo nos regaló. Bajo un formidable cielo estrellado y algunas que otras estrellas fugaces asistimos a una película que trata del amor olvidado en dos vertientes: la de la familia y la de la tierra. Dos amores que son complementarios y que no se entienden el uno sin el otro. Preciosa película, intimista, con una estética muy especial y, sobre todo auténtica por la que he de dar las gracias tres veces: por la maravillosa fotografía y promoción de nuestra tierra, por recordarnos a todos que las raíces son más fuertes que los acontecimientos de la vida y por permitirnos recordar un cielo maravilloso que se mostró en todo su esplendor y que, aunque vivimos en pueblos, no siempre apreciamos.