Calle Trasera del Pósito

Calle Trasera del Pósito

Calle Trasera del Pósito

          Esta calle de nombre tan extraño está muy cercana a la plaza Mayor. EL pósito era un almacén, generalmente de carácter municipal destinado a almacenar granos, principalmente de trigo, para prestarlos a los agricultores, durante los meses de escasez. Yo de eso no sé. Pero sí recuerdo que, empezando desde la plaza Mayor, a la izquierda estaba la barbería Contreras, la última barbería que hubo en el pueblo.
          Después estaba la tienda de calzados Contreras. Mi amiga Carmen vivía allí y tenían una de las dos tiendas de zapatos que había. Recuerdo que yo tenía unos zapatos rotos (no había para mucho más) y Mamen se desesperaba porque ella no rompía nunca los suyos …y se quejaba, claro, porque tenía dónde escoger. ¡Paradojas de la vida! Más adelante estaba el almacén de pieles de Jesús y Mari. También alquilaban habitaciones para la fonda Lumi en verano, cuando hacían falta estancias para los “veraneantes”. En la acera de la derecha, de nuevo empezando por la plaza estaba (está) el lateral del bar Capote. Más adelante, la casa de Raquelita y Mari Cruz. Vendían leche. Había que subir por unas estrechas y empinadas escaleras (o a mí me lo parecían) que se hacían eternas cuando bajabas con las dos jarras llenas de leche para los desayunos de la fonda. ¡La de leche que han visto tirada¡  Sobre todo mía.
         Más adelante, están los soportales de Giluche y la Dacia. Y continuando, llegamos a una plazuela donde estaba el zapatero Antonio. Era un cuartucho oscuro y lóbrego atiborrado de zapatos, alpargatas, útiles para arreglarlos y…sobre todo, un olor a cola de zapatero que aún no he podido olvidar. Dicen que el olor es el sentido que más tiempo permanece en la memoria y qué cierto es. Enfrente de la zapatería de Antonio, en el cruce entre esta calle y la calle Costanilla, estaba la fonda de la Grabiela.